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Durante los últimos meses he estado realizando una serie de collage titulada: Lo profundo, lo superficial.
Collage de pequeño formato en los que las imágenes originales en blanco y negro, mayoritariamente, son parcialmente cubiertas por recortes de colores que van pegados y/o cosidos.
En consonancia a la situación actual de muchas personas, jóvenes principalmente, que viven inmersos en las redes sociales y que en algunos casos les lleva a confundir la realidad con la ficción que ahí se muestra. También a ocultar su yo mismo, modificándolo, edulcorándolo en función a unos cánones de belleza, éxito y popularidad que es lo que represento con los colores más vivos
Un engaño, una pérdida de identidad, un estado que desemboca en ocasiones en problemas de salud mental.
Lo profundo y lo superficial están separados por un abismo o una fina línea que es traspasada en demasiadas ocasiones y que no hace más que crear confusión mental. Esos placeres volátiles que nos desarraigan de los vínculos sociales, intelectuales y de tradición, acaban por ser un elemento conductor de la soledad y la pérdida de arraigo.
Aplicaciones que han venido para quedarse, de momento, y que requieren un conocimiento y buen uso para no olvidar lo verdaderamente importante o profundo y acabar vagando en un mundo de superficialidades.